Escribí este cuento hace ya casi cuatro años inspirada
por una foto que vi de mi pequeña nieta Olivia, ella estaba en ese entonces por
cumplir sus dos añitos; Olivia sigue siendo una niña muy astuta, ágil y sagaz.
Espero que esta corta historia les resulte una lectura amena.
Las Travesuras de Olivia
Olivia es una niña muy habilidosa; a sus escasos dos años,
está llena de una energía que parece inagotable que la ayuda a hacer muchas
travesuras.
Un día Olivia estaba en el patio de su casa acompañada de
su inseparable mascota Marcel, ambos disfrutaban de un hermoso día soleado.
Olivia vio una ardillita que con mucha gracia y rapidez
corría por el patio y con gran agilidad trepaba por el tronco del inmenso y
frondoso árbol que crecía en su patio.
Se sintió maravillada con la velocidad y la destreza con
la que aquel pequeño animalito se subía en el árbol. Se acercó al árbol y
siguió con su mirada el recorrido que hacía la ardilla.
Pensó en todas las cosas que ella podía hacer: se podía
subir en su sillita mecedora y en el mesón del gabinete de la cocina para
comerse las donas; se podía subir en la silla de la computadora; podía trepar
la baranda de su cuna para meterse y salirse de ella cuando quisiera; también
podía meterse en la taza del lavamanos; empinadita en punta de pies alcanzaba
el manubrio de la puerta del patio para abrirla.
Se preguntó si ella podría trepar aquel árbol tan alto,
como lo estaba haciendo aquella intrépida ardilla. Sin pensar mucho más, Olivia
trepó aquel árbol con la misma habilidad que lo había hecho la ardilla y en
corto tiempo llegó al copito más alto. Cuando ya no había más tronco ni más
ramas que trepar, miró hacia abajo y se dio cuenta que estaba muy lejos del
suelo. Marcel parecía uno de sus perritos de peluche; sintió la sensación de
que estaba casi tocando las nubes.
Miró por todas las ramas del árbol y no pudo ver la
ardillita; se sintió sola y acobardada. Pensó en bajarse, pero le dio mucho
miedo caerse.
Comenzó a llamar, “¡Papi, Mami!” Necesitaba que la
vinieran a rescatar, que la ayudaran a bajarse. Se acordó que ellos estaban
dentro de la casa, estaba muy asustada; ya quería ponerse a llorar. “¡Papi,
Mami!” Los llamó con un grito de pánico.
Sintió que unos brazos la levantaban, que le besaban las
mejillas y escuchó una voz que dulcemente le decía, “Olivia parece que has
estado soñando.” Al abrir los ojos se encontró en el dulce regazo de sus papás.
Su corazoncito se estremeció de felicidad al sentirse
protegida por su papi y su mami; una gran paz la invadió al saber que aquella
travesura de haber trepado un árbol muy alto, que casi tocaba las nubes había
ocurrido mientras dormía y que se llamaba soñar. Se sintió muy contenta de ser
una niña muy hábil, pero no tan hábil como una ardilla.
Te amo mi pequeña Olivia.
Abuelita
Ingrid, febrero 2017
Que bella historia me encantó y más porque fue inspirada por tu nieta Olivia. Te felicito sigue adelante con esos cuentos que despiertan la imaginación y la niña dentro de mi. Tu sobrina-ahijada y tocaya Ingrid Esteva.
ResponderBorrarMi negrita bella, gracias por continuar leyendo mis escritos. Todos los niños son fuente de amor e inspiración y ellos siempre mantendrán vivo nuestro niño interior. ¡Que Dios te bendiga, te quiero GRANDE!
BorrarEs hermoso tu escrito Ingrid, me llevó a Sierra Maestra, al patio donde habían muchos árboles frutales y no yo pero si Yari subiéndose a recoger mangos, guayabas nisperos y otras para luego sentarnos a comerlas y a Cheito vigilando algún nido de pajaritos para llevárselos a mamá y que ella los criara. Estoy muy orgullosa de tu talento, Dios te Bendiga
ResponderBorrarQuerida Totica, ese patio de Sierra Maestra es parte de las memorias de toda la dinastía Villalobos. Los mangos más ricos que comí en mi vida fueron los mangos de las matas de ese patio; no por los mangos en sí, sino porque nos los había llevado “Tia Sara”. Te quiero Grande.
Borrar
ResponderBorrarHermosa historia llena de amor. Me encanta leer tus historias tienen el don de transportar a una a los lugares leídos. Esperando más
Magda Rosa
¡Mi querida Masbellita! Como mi hermanita chiquita, has sido y serás parte de muchas de mis inspiraciones para escribir mis historias. Somos dos niñas que aún seguimos caminando tomadas de las manos. Te prometo que vendrán mas historias!!!!!!!
BorrarMe gusta el tema del cuento, y las ilustraciones (la foto y la pintura) ¡hacen una parte importante de la historia también! Creo que la ilustración se podría mostrar más grande 👍️.
ResponderBorrarTus historias se van consolidando. Seguimos atentos por más :-) .
La sagacidad y las travesuras de los niños son una fuente de inspiración poderosa y cuando ese niño forma parte de tu vida, aún más. Gracias, querido Juan Carlos por tu seguimiento. ¡Que Dios te bendiga!
BorrarYo creo que ese sueño podría bien ser realidad jaja, esa niña es muy astuta y hábil como su papi.
ResponderBorrarUn abrazo, quien comenta conoce bien a su papi! Bendiciones!
BorrarHermoso.. que mas que tu nieta para inspirar este maravilloso cuento. Cada vez me gusta ver cómo te llenas de musas para escribir. Un besote 😘
ResponderBorrarCada nieto es una fuente inagotable de amor e inspiración, basta mirarlos para crear una historia nueva. ¡Bendiciones!
BorrarHermosa historia amiga. La disfrute .
ResponderBorrarComo verás los nietos son la otra oportunidad q Dios nos da para disfrutarlos con mas calma a nuestros hijos.
Mucho amor sentí en esta historia.amiga.
Es así de sencillo y maravilloso, un nieto es tener otro hijo que parece haber nacido de unas entrañas más profundas. ¡Gracias por este compartir tan bonito!
ResponderBorrarme hizo recordar algo que me sucedió a mi a muy temprana edad,antes quizás de la escuelita. Yo andaba por el callejón por debajo de una mata de mango, alguien que ya no recuerdo quien fué dijo: "Un Caqure", Yo miré hacia arriba y lo que vi fué un loro. Así,por un tiempo,veía un loro y decía que era un caqure. Hast que ya en el colegio,aprendi que er un loro y qué era un caqure. Que vaina.
ResponderBorrarEse recuerdo tuyo crea un cuento en mi mente, tenemos que conversar sobre este posible cuento. Así nacen las historias con espontaneidad y fantasía genuina. ¡Dios te bendiga!
Borrar