No hay ser vivo sobre la faz de la tierra que escape de
los virus que causan enfermedades. En esta historia les contaré una situación
de salud muy crítica que vivió la comunidad de hormigas a nivel del globo de la
Tierra.
Las hormigas, como la mayoría de nosotros sabemos, son
insectos que viven en comunidades muy numerosas. Ellas trabajan sin descanso
para mantener y defender a su hormiguero.
Un día, una por una de las hormigas comenzó a enfermarse,
se sentían muy débiles y febriles; respiraban con dificultad; algunas hasta el
punto de asfixiarse y tristemente muchas de ellas morían, principalmente las de
edad mayor.
Mientras padecían estos síntomas no podían trabajar.
Aquella afección parecía ser muy contagiosa pues cada día eran más las hormigas
enfermas.
Aquella situación comenzó a hacerse muy preocupante. La
hormiga más anciana de una de las comunidades más grandes; las congregó a todas
y les explicó, “Hace muchísimos años nuestros hormigueros vivieron una pandemia
como esta. Es un virus muy contagioso; debemos mantenernos distantes los unos
de los otros para romper la cadena de contagio, debemos cubrir nuestras bocas.
Yo estoy revisando los libros de sabiduría de nuestros antepasados para buscar
la manera de detener esta pandemia.”
Las hormigas acataron aquella voz de profundos
conocimientos; cada una recortó una hojita de alguna planta y se mantenía con
la boca cubierta y conservaba una distancia respetable con respecto a cada
compañera. A pesar de acatar esta medida de protección, aquel malévolo virus
seguía azotando todos los hormigueros de la Tierra.
La conocedora vieja hormiga convocó otra vez a una gran
asamblea y les dijo, “He leído en los libros de nuestros ancestros y he
encontrado un remedio que nos hará inmune a este virus tan agresivo.” Todas las
hormigas la escuchaban atentamente.
“Existe un animal que contiene una sustancia que al tomar
nosotros una pequeñísima gota, nos hará inmune.” Continuó su explicación.
Las hormigas se comenzaron a sentir muy esperanzadas de
que aquella situación tan agobiante, pronto llegaría a su fin y podrían retomar
su estilo de vida lleno de trabajo, sociabilidad y gozo.
“No será fácil obtener esa sustancia de ese animal. Nos
tendremos que enfrentar a un reto muy grande y peligroso; tal vez tan peligroso
como el mismo virus que hoy nos ataca sin ninguna piedad.” Explicó aquel
longevo insecto.
La audiencia comenzó a sentir un poco de angustia, pero
sin interrumpir aquella oratoria continuaron escuchando.
“Necesitamos extraerle saliva de sus glándulas a un Oso
Hormiguero adulto.” Terminó diciendo con cierto pesar.
Cuando la multitud escuchó aquellas últimas palabras, sus
tapabocas casi se les cayeron porque sus bocas se abrieron de par en par, así
como sus ojos. Muchas de las hormigas comenzaron a vomitar del profundo asco
que sintieron.
Se escucharon voces de protesta y alarma, “¡Eso es otra
muerte segura!” Fue el comentario que más prevaleció.
“No hay otra alternativa. Si queremos vencer esta
pandemia, necesitamos formar un ejército de hormigas valientes que estén
dispuestas a llevar a cabo esta riesgosa tarea.” Dijo la anciana con voz clara
y un poco apesadumbrada.
Hubo un silencio total. Nadie parecía querer asumir
aquella tarea.
Salió de la muchedumbre una de las tantas hormigas y
dijo, “No es el momento de acobardarnos ni de sentir asco por ningún animal,
aunque éste sea la amenaza más mortal que nos acosa. Piensen que ese pequeño
virus es microscópico y aun así está acabando con nuestras comunidades.
Nosotras las hormigas somos muy inteligentes y trabajadoras. Por generaciones
hemos sabido unir nuestras fuerzas, quizás este sea el mejor momento para
demostrarnos que podemos lograr hasta lo que nos parezca imposible.”
La comunidad entera ovacionó aquellas palabras. Se designó
un comité para diseñar un plan estratégico para poder entrar en el hocico de un
oso hormiguero que estuviese dormido, sin quedarse atascadas en su pegajosa
lengua y poder llegar hasta sus glándulas salivales para extraerle la saliva.
Extrajeron aceite de las hojas de las plantas para
frotarse en sus cuerpos; juntaron muchos pétalos de flores de Valeriana y
Manzanilla para sedar a la bestia, y confeccionaron una bolsa, pegando varias
hojas grandes y fuertes.
Cada día trataban de rastrear huellas de animales para
saber dónde podrían localizar a un oso hormiguero.
Como todo trabajo metódico y persistente funciona, un día
localizaron un oso hormiguero enorme. Llegada la noche, un batallón de hormigas
se embadurnó bien de aceite, otro batallón cargó la bolsa hecha con hojas y un
tercer batallón cargó con las flores.
Llegaron a la guarida de su temido depredador y con mucha premura procedieron a ejercer sus peligrosas labores. El batallón que cargaba las flores las depositó suavemente muy cerca de la nariz de la bestia; el otro batallón acomodó el saco muy cerca de su trompa, de tal manera que cada hormiga pudiera ir depositando el espécimen de saliva que trajera; y el primer batallón, el de las hormigas aceitadas, entró en la trompa con paso cuidadoso y decidido para llegar hasta la glándula más grande que estuviese cargada de saliva.
El oso hormiguero se sumergió en un sueño muy profundo y
relajante. Las hormigas muy sigilosamente hicieron un trabajo perfecto y mucho
antes de que aquel animal grande abriera sus ojos, ellas lograron vaciar por
completo la glándula salival que habían escogido.
Cumplieron una misión impecable. Aquella saliva fue
administrada vía oral en una diminuta gotita a cada hormiga; cuando los
recursos fueron agotados emprendieron otra vez la misma operación y todas las
comunidades de hormigas fueron vacunadas.
Muchas hormigas se mostraban renuentes de recibir aquella
dosis de ese líquido tan asquerosamente repugnante, pero al ver que la
incidencia de los casos de aquella enfermedad tan despiadada se reducía cada
día, terminaron por aceptar ser vacunadas.
La comunidad mundial de hormigas supo superar aquella
pandemia porque acataron las normas de seguridad y prevención; y unieron sus
estrategias de inteligencia para utilizar la sabiduría que habían heredado de
sus antepasados.
Excelente, este cuento es una gran moraleja para tomar en cuenta todos, la historia es centrada y usaste el personaje idóneo, la hormiga, nosotros los humanos deberíamos aprender de ellas. Felicitaciones Ingrid querida, Bravo.
ResponderBorrar¡Gracias Totica! Como siempre, me encanta leer tus cometarios porque siento que tengo tu apoyo cariñoso y sincero. ¡Te quiero GRANDE, GRANDE!
ResponderBorrarExcelente historia! Muy actual y muy ilustrativa de como debemos actuar como sociedad pero apartando todo eso en esa hormiga vieja y estudiosa veo a Ingrid Petit! Reflejo de su alma, su capacidad para analizar situaciones, buscar soluciones y aportar ideas. Me gustó mucho
ResponderBorrarMagda Rosa
¡Gracias, Masbellita de mi corazón! Con piropos como ese tengo que seguir inspirándome para escribir incansablemente… ¡Un abrazote mi hermanita chiquita!
Borrar¡Está muy bueno el cuento! Engancha de principio a fin, es de lectura ligera y tiene un muy buen mensaje 👍️.
ResponderBorrar¡Gracias Juan Carlos! Al leer tu comentario, siento que estoy logrando mi cometido de darle rienda suelta a mi imaginación, transmitiendo una inquietud expresada en un mensaje en forma de cuento. ¡Dios te bendiga!
BorrarAmiga que te puedo decir q no te han dicho... excelente historia inspirada en el momento histórico q estamos viviendo . además de explicar con precusion precision el camino Seguir para superarla .
ResponderBorrarEs una.historia encantadora .nos haces vivirla. Bendiciones sigue amiga eres excelente
¡Gracias, amiga! A mi también se me acaban las palabras para expresar lo lindo que es leer todos los comentarios de mis lectores. Como dice un dicho, “El hijo que es llorón y la madre que lo pellizca”. Mientras haya flores bonitas por recoger mi jardín seguirá floreciendo… ¡Bendiciones!
BorrarTia tus cuentos y poemas siempre llevan un mensaje algo que aprender y de algo que instruirse. Y estás hormigas las pusiste como se dice en la unión está la fuerza. Me gustó mucho 😘
ResponderBorrarEscribir es muy refrescante, dejar un mensaje y que sea captado, ¡Lo es aún más! Gracias por tu seguimiento mi bella, bella. ¡Dios te bendiga!
ResponderBorrarYo creo que el Oso Hormiguero es Juan Carlos.
ResponderBorrar¡Pues me gustaría conocer tus razones para esa conclusión!
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