Una Gallina Verde
Había una vez un gallinero muy grande; el aposento donde
vivían era en realidad un santuario de aves. Hacían una vida muy apacible y se
podía decir que todas eran muy felices, excepto una de ellas. Esta joven
gallina vivía muy desesperanzada; desde que comenzó a hacerse adulta se empezó
a manifestar en su plumaje un extraño color que terminó por hacer de ella una
gallina verde.
Cuando pequeña fue un pollito más de su gallinero, era
juguetona y traviesa. Compartió su
crecimiento con los demás pollitos de su generación, pero todo cambió cuando comenzó
a dejar de ser un pollito para convertirse en una gallina joven.
Sus compañeras la miraban de reojo con cierto rechazo,
hasta que llegó el día en que más nadie se le acercó. Hacían mofa del color de
su plumaje. La llamaban “La hija del Increíble Hulk”, “Miss Lechuga”; otras le
decían que ella era la que había puesto los huevos del libro de Dr. Seuss,
“Huevos Verdes con Jamón”; muchas le decían que le habían nacido canas verdes
antes de tener hijos. Todas la hacían sentir como un ser verdaderamente
anormal.
Para no sentirse rechazada, no le imponía su presencia a
nadie; nuestra gallinita verde se convirtió en un ser muy solitario. Optó por
dormir todo el día y hacer vida nocturna.
Probó muchas alternativas alimenticias para ver si sus
plumas cambiaban. Por un buen tiempo comió sólo zanahorias; este método no le
dio el resultado que ella esperaba. Cuando su desesperanza se hizo extrema, se
arrancó todas las plumas que pudo para ver si le nacían de otro color; el
resultado fue que siguió siendo una gallina muy verde.
Todas las noches cuando salía a caminar miraba las
estrellas y conversaba con ellas; las estrellas eran sus únicas amigas. Una de
esas tantas noches escuchó una voz que le hablaba, una voz que no venía desde
la altura de las estrellas.
“Buenas noches, Esperanza,” Le dijo una voz ronca, cargada
de mucha apacibilidad. La gallina verde tuvo que mirar hacia la rama de un
árbol para ver quién le hablaba y pudo ver a un ave de ojos muy redondos que
parecían escondidos detrás de una máscara. No sintió miedo pues aquella ave
parecía estar rodeada de un aura amorosa.
“Buenas noches, pero yo no me llamo Esperanza.” Le dijo.
El ave, con su pico pequeño y curvo, pareció sonreírle.
“¿Sabes algo? Al nacer todos tenemos un nombre, ese nombre
nos los da la Naturaleza. Tristemente, muchos pasamos por la vida sin
percatarnos cómo fuimos llamados el día cuando se nos concedió el precioso
regalo de poder vivir.”
“¿Y cómo sabe usted que mi nombre es Esperanza?” Le
preguntó la gallina a aquel señor búho que parecía ser dueño de una sabiduría
muy profunda.
“Por tu bello color verde. El color de tu plumaje te hace
ser un ave única dentro de tu especie. Cada color significa algo en la
Naturaleza y tú fuiste bendecida con el color verde. Tu color representa la
renovación del mundo natural, el renacer de la frescura vegetal. El verde es
símbolo de armonía, tranquilidad, calma, prosperidad, fertilidad, salud,
generosidad y esperanza.” Aquellas palabras sonaban como un poema muy bonito
que el búho recitaba para honorificarla.
“No entiendo, si el color de mis plumas representa todas
esas cosas tan bonitas, ¿Por qué entonces todo el gallinero me rechaza?” Le
preguntó con un dejo de profunda tristeza.
“Porque lamentablemente hay sentimientos como la envidia
y los celos que emanan involuntariamente. La Naturaleza es a veces muy
complicada.” El búho le continuó explicando.
“¿De qué me sirve representar todos esos atributos si
tengo que vivir apartada de todos?” Esperanza comenzó a llorar copiosamente.
“Esa ha sido tu elección. Es triste cuando nos damos por
vencidos. La envidia y los celos no pueden vencer a todos los hermosos
atributos que tú representas.” La luz de las estrellas parecía brillar en un as
que resplandecía sobre la figura del búho.
Esperanza pareció comenzar a reflexionar sobre lo que
escuchaba; entonces el sabio orador continuó, “Las aptitudes producen
actitudes, las actitudes hacen florecer aptitudes. Si vives escondida es como
que les das la razón de que eres anormal, cuando en realidad gozas de un
privilegio.”
El búho con un vuelo muy suave bajó del árbol y se paró
al lado de Esperanza. “No te alejes más de aquellos a los que puedes envolver
en tu aura hermosa. Conviértete en una oradora motivacional. Piensa en cómo
cambió tu vida por sentirte diferente cuando en realidad eres un ser más de tu
especie. Cómo ha maltratado tu vida esa soledad porque tú lo has permitido.
Cuando tus palabras iluminen sus corazones y su entendimiento, ya no te
rechazarán, al contrario, verán en ti un ser de Luz.”
“Pero, yo no soy oradora, sólo sé conversar con las
estrellas.” Los ojos de Esperanza brillaban con un entusiasmo aún escondido.
El búho emitió una risa jocosa, “¡Son tan pocos los que
saben conversar con las estrellas! Ellas te han enseñado mucho ya y te seguirán
enseñando. Háblales a tus compañeras como las estrellas te hablan a ti, sin darte
cuenta, ellas te han hecho una oradora motivacional.”
El búho se alejó en un sutil vuelo y Esperanza se quedó
sola para seguir conversando con sus amigas, las estrellas.
Desde ese día en adelante, Esperanza se sintió empoderada
y muy bendecida. Al principio no fue fácil ser aceptada dentro de su comunidad,
pero como dice el dicho, “La gota de agua rompe la piedra no por su fuerza,
sino por su constancia”. Día a día fue compartiendo sus pareceres con sus
compañeras hasta que comenzó a calar en sus mentes. Ya no veían en ella una
gallina verde, veían una gallina color Esperanza.
Siempre buscaban en ella una palabra de apoyo y sabiduría,
una sabiduría que nunca supieron que venía de las estrellas.
Está historia es muy educativa. A veces es difícil ver nuestro brillo y valor cuando no sabemos que lo tenemos pero nunca falta un “buen búho" que nos ilumine el camino. Otra cosa que me gustó fuel significado que le diste al color verde ya que es mi color favorito. Otra historia muy buena, te felicito.
ResponderBorrarMagda Rosa
Así es mi hermanita querida, cada uno brilla con su propia luz, esa luz que nos hace únicos. Todos tenemos el don de iluminar nuestro camino y de ayudar a que los demás encuentren su luz, si es que no la han encontrado, “La luz de tu flama no se opaca cuando enciendes la flama de otro, hace que el mundo brille mucho más.” Te quiero mucho mi bella hermana de mi corazón.
BorrarEs bonito el cuento. Me parece que crea una ambientación sublime.
ResponderBorrarTu hermosa gallina verde me hizo acordar de un pájaro grande y gordito que vive en el oriente de Antioquia, allá donde está mi primo José Enrique. Al pájaro le dicen Barranquero o Soledad, aunque también tiene otros nombres.
Aquí un enlace a un video de ese pájaro: https://www.youtube.com/watch?v=jfNPJQgxJmI
¡Qué sigan fluyendo cuentos!
Me llena de beneplácito que este otro cuento también te agrade. Ese pájaro verde llamado Soledad es de un plumaje impresionante, su cola es como una flecha. Seria fabuloso poderlo ver en su vuelo. Gracias por compartir ese video donde aparte de admirar su belleza se le escucha su canto. ¡Dios te bendiga!
BorrarSí, aunque los cantos que se escuchan de fondo podrían ser de otras aves, como alcaravanes, no estoy seguro. Salutes!
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ResponderBorrarEl comentario siguiente me lo envió Emelina Petit por WhatsApp:
“Leí tu cuento, es muy emotivo. Esto nos indica que no siempre nos debemos llevar por las apariencias. La Gallina Verde era diferente a las demás en color, pero sus sentimientos eran los mismos o quizás ella era un poco más sensible. Igual pasa con las personas, no debemos mirar el exterior sin antes conocer el interior de cada quien y así nadie sale herido.”
Este es un cuento apropiado para contar a los niños mas grandes próximos a la preadolesencia, en donde los chicos sienten una gran necesidad de acpetación y la apariencia cuenta mucho para ellos, al enseñarle sobre la importancia que tiene la valoracion de los aributos personales que todos tenemos, evitamos los rechazos y complejos de inferioridad que pueden marcar sus vidas en un futuro, el cuento me parace un incentivo Excelente!!
ResponderBorrarTu enfoque es excelente, ¡Con cada comentario que leo, me gusta más mi cuento! Muchas gracias por tu asidua lectura de mis historias y tus comentarios tan halagadores. ¡Dios te bendiga!
ResponderBorrar¿Y si esa es la gallina de los huevos de oro?
ResponderBorrarYo la llamaría “La Gallina con un Corazón de Oro”.
ResponderBorrarLa gallina color esperanza como dice una de las canciones que colocaron durante la huelga petrolera 2002. Tambien era el color de la mayoria de hospitales. Pacientes y familiares llenos de esperanza. Bonito cuento. Un abrazo Ingrid.
ResponderBorrarLos colores dicen mucho en nuestras vidas; son parte de nuestro entorno, transmiten energía y emociones. Gracias por tu consecuencia. ¡Bendiciones!
BorrarBueno mi bella maestra, esa gallina siempre fuiste tu, por que tu siempre en los cuentos cuando eras pequeña siempre jugabas sola y con el tiempo Dios te dio un Don de sabiduría y paciencia para ayudar a todos tus compañeros que iban a tu casa para que les explicaras para prepararse para los exámenes. que es desde allí yo empece admirarte por tu dedicación y la facilidad de como explicabas las diferentes materias a tus compañeros. y hoy en día con estos cuentos nos mantienes unidos como familia, y ademas salimos aprendiendo cosas que podemos aplicar en nuestras vidas. Por otra parte estoy de acuerdo con Haydde por que le sirve a los niños y jóvenes para que no se dejen pisotear por los compañeros, que siempre sean ellos mismo que brillen por su propia luz. te quiero yuly
ResponderBorrarQuerida Yuly, de lejos y de cerca, siempre me has seguido y eso me llena de mucho regocijo. Me congratula el alma saber que sientes que mis escrito te enseñan y que siempre los disfrutas. ¡Dios te bendiga mi leal seguidora!
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