Recordando a Carlota Marina
Hace poco se separó de nuestras vidas un ser muy querido.
La partida de los nuestros es un evento que todos sabemos que algún día va a
ocurrir, pero nos resulta demasiado difícil prepararnos para ello y luego
asumirlo. Si esa persona fue querida de una manera muy especial por mí, lo fue
aún más por otros, por ejemplo, sus hijos.
¿Qué fue para mí? Una prima única en su clase humana, siempre
cariñosa. Siempre sentí que estaba allí, a mi alcance para darme una palabra de
apoyo y estímulo, alguien que me admiraba y a quien yo admiraba mucho; una
fuente de inspiración para seguir escalando en mis estudios. Nunca voy a
olvidar cuando me ayudaba a mí y a mis amigas a estudiar inglés; me inspiraba
saber que ya ella había cruzado el umbral de una universidad y que yo quería
seguir su gran ejemplo.
Son muchos los cálidos recuerdos de familiaridad que
harán cortos los años que me quedan de vida para recordarla.
Uno de sus hijos, me ha pedido que escriba sobre ella,
una tarea que me resulta fácil porque fue mucho lo que mi vida compartió con la
de ella, y a la vez muy difícil porque no creo encontrar entre tantos
recuerdos, la historia más bonita que le rinda un justo homenaje a lo que mi
querida Totica representó para todos nosotros.
Como la niñez es la etapa de nuestras vidas que está
llena de la fantasía más hermosa, y porque nunca dejamos de ser niños, voy a
relatar una anécdota que ella misma me contó, para que la hiciera parte de mis
relatos de mi anterior blog de escritura, “Mi Historia y La Tuya”, en el que
escribí sobre las anécdotas de mi vida.
Un Patio lleno de Aventuras
Inagotables
Para nosotros los niños, la parte más bonita de aquella
casa era su patio largo y angosto, un patio que carecía de plantas y cuya mejor
descripción era la de un terreno desértico, pero patrullado por un grupo de
niños que cada día encontraba un sinfín de juegos y travesuras que los
mantenían ocupados desde que amanecía, hasta que el sol cerraba las cortinas de
su crepúsculo.
En la época lluviosa nuestro patio se convertía en una
laguna fangosa; su barrosa agua era para nosotros como una extensión de nuestro
hermoso lago que estaba separado de nuestro patio por la flamante Avenida El
Milagro.
En esa laguna navegábamos en un inmenso envase plástico
que usaba nuestra madre para enjuagar la ropa. Los sapos que proliferaban en ella
eran parte de nuestros juguetes; por las noches nos deleitaban con su sinfónico
croar.
Cuando venían nuestros primos, nuestras filas se
reforzaban y nuestros juegos y travesuras eran aún más creativos.
Cuando se acababa la época de lluvia venía la navidad y
luego el carnaval.
Nuestro patio tenía acceso hacia la avenida por medio de
un amplio portón de metal antecedido por ocho escalones de cemento.
La semana de carnaval era siempre engalanada con un
desfile de carrozas que iban cargadas por personas disfrazadas representando a
los personajes más queridos por nuestra población marabina, y por supuesto una
de las carrozas llevaba a Su Majestad La Reina. Lo más rico era que tiraban
caramelos y que los más hábiles saldrían con su botija más cargada de sabrosas
golosinas.
La visita de nuestros tíos y primos era infalible para la
época de carnaval, especialmente el día del desfile.
Por allá por los carnavales de los muy tempranos años
sesenta, recibimos la visita de una de nuestras muy queridas tías con nuestros
primos.
El desfile haría su aparición en cualquier momento pues
ya la tarde anunciaba la pronta caída del sol. Estábamos todos jugando en el
patio cuando de pronto alguien alzó la voz de alarma: “¡Allá viene el desfile!”
Todos salimos corriendo, nadie quería ser segundo ni tercero;
por supuesto que los más grandes serían los que se disputarían el mejor orden
de llegada.
Mi prima Totica era una de las candidatas de más fuerza y
destreza para coronarse como la ganadora de aquella carrera, primero en el
terreno árido y plano, luego cuesta arriba al llegar al pie de los ocho
escalones.
Punteaban mi hermana Emelina, mi hermano Audo y mi prima
Totica. Audo por estatura y contextura estaba en desventaja con respecto a sus
dos fuertes contendoras. Los tres corrían seguidos del resto de nosotros; todo
indicaba que Totica iba a ganar aquella contienda y se apoderaría del mejor palco
en nuestro portón.
Audo le tironeó la falda a Totica y la hizo caer al
suelo; su cuerpo se levantó inmediatamente y retomó su carrera pues ella quería
ser la primera en llegar al portón para ver en una de las carrozas a su ídolo
“El Tigrito del Ring”.
Totica logró su cometido y fue la primera en llegar al
portón; poco a poco se aglomeró toda la familia, niños y adultos, y todos nos
regocijamos de aquel espectáculo de disfraces, grajeas, serpentinas y
caramelos.
Cuando la caravana de carrozas llegó a su fin, Totica
empezó a sentir un ardor combinado con dolor en sus rodillas, al mirarse pudo
ver que se había desgarrado la piel de ambas. Cierto que aquella sensación no
era grata, pero el gusto de haber ganado la carrera la hacía sentir que tocaba
el cielo y sabía que el próximo año estaría dispuesta a correr con el mismo
ímpetu y decisión para volver a ser la primera que llegara al portón para
ocupar el mejor puesto para ver los disfraces, La Reina y poder agarrar muchos
caramelos.
El siguiente comentario lo hizo Elena Petit por via WhatsApp:
ResponderBorrar"Esta anécdota de Tota me transportó a ese tiempo. Imposible olvidar cuando Tía Sara nos visitaba y menos a nuestra prima Totica."
Hay mi maestra, siento muchas cosas al leer esta historia hermosa y me fascina la foto de ella que fue cuando ella tenia creo 15 años de edad, de verdad te felicito por esto. Pero se que ella esta en un mejor lugar y desde alli nos bendice a todos a sus hijo, nietos, sobrinos, primos, reprimo, amigos y todos los que la conocieron Ella era única, ayudaba a cualquier persona que la necesitara Gracias, te quiero mi reina
ResponderBorrarQuerida Yuly, siempre será hermoso recordar a Totica; me siento privilegiada de que ella un día me contó esa anécdota para que forme parte de mis escritos una vez más. Honor a su recuerdo. Te quiero GRANDOTE.
BorrarBonitos recuerdos, yo a penas era una bb pero sé y así lo viví después que fui creciendo que nuestros primos eran parte importante en nuestra vida familiar y especialmente los hijos de tía Sara y muy específicamente al menos para mí, Carlota, Yaritza, Heberto y Cheito, a tota siempre la Vi como la prima más grande que yo pero que me inspiraba cariño y afecto de hermana.
ResponderBorrarMagda Rosa
Cierto mi querida hermanita, ese calor familiar siempre nos unió. La vida ha seguido su curso y con ella han quedado los recuerdos indelebles que nos hacen sentir la intensidad de querernos como familia. Creo que se gana La Gloria cuando deja muchos recuerdos de amor en las personas que aún no se han ido. Te quiero GRANDOTE.
BorrarEl siguiente comentario lo hizo Zaida Petit por vía WhatsApp:
ResponderBorrar"Muy bonita anécdota . Recuerdos que no se van, me sentí nostálgica me parecía estar viviendo el momento."
Que bonita anécdota Tía Ingrid, aunque no había nacido me parecía estar allí y ver a todos correr, gracias por complacerme al pedido que te hice de escribir sobre mi mami Carlota Marina Melean Villalobos de la que me siento inmensamente orgulloso y agradecido con nuestro padre celestial por poner en mi vida tan maravilloso ser que es y seguirá siendo la mejor mamá que Diis me pudo haber dado GRACIAS TIA INGRID TE AMO GRANDOTOTE
ResponderBorrarGracias a ti por que tu petición me hizo recordar de esa anécdota tan bonita. Recordar los momentos vividos con tu mamá será recordar momentos muy bonitos. El Señor la llevó a su lado, pero a nosotros nos quedó su luz. Dios te bendiga. ¡Yo también te quiero GRANDOTOTE!
ResponderBorrarEl sigiuente comentario es de Carol Meleán a través del messenger de Facebook:
ResponderBorrar"Gracias por ese bello gesto de tu parte para tia Carlota."
El siguiente comentario fue enviado por Rubén Petit por vía WhatsApp:
ResponderBorrar“Sin lugar a dudas nuestra prima Carlota Meleán fue una persona hermosa, bondadosa y muy amorosa con su familia y con su prójimo. Sin temor a equivocarme puedo decir que en la familia era la prima más querida por todos, así como su hermano Heberto lo era entre los primos varones, podemos decir que tío Atilio y tía Sara nos regalaron dos bellos tesoros.
Con respecto a la historia tan magistralmente escrita por mi hermana Ingrid Petit, puedo decir que, aunque no había nacido para aquella época, tengo el privilegio de ser un Petit Villalobos y por lo tanto en mi vida he escuchado muchas historias como la referida por mi hermana, en verdad nos hace sentir que en efecto cada uno de nosotros lo vivimos.
Te felicito Ingrid👏👏👏👏👏🥰🥰🥰🥰
Rubén Petit
Gracias tía Ingrid, que hermosa manera de escribir. Nosotras no hemos compartido mucho pero te conozco...y eso es porque mami te admiraba de una manera muy bonita y crecí escuchando de la prima Ingrid. No sabes lo que significa para nosotros que te tomarás el tiempo de hacer esto, pude ver la cara de mami sonreír al leerlo. MUCHAS GRACIAS. Lorena.
ResponderBorrarGracias Lorena, tus palabras me conmueven mucho y al pensar en esa sonrisa de tu mami, mi querida Totica, paradójicamente mis ojos han derramado lágrimas. Tu mami fue una inspiración de superación en mi vida. Dios te bendiga mi querida sobrina.
BorrarGracias tía ingrid por recodar a mi mamita bella, fue la mejor mamá del mundo y la más amorosa, se que le tenias mucho cariño y ella a ti 😔
ResponderBorrarGracias mi niña. Tu mami destelló amor y cariño para todos los seres que la rodearon. Totica fue para mi otra de mis hermanas. Escribir para ella y por ella me toca el alma muy profundamente y me da un gusto infinito este compartir de sentimientos con todos los que la quisimos y querremos siempre. Dios te bendiga mi querida sobrina.
BorrarEl siguiente comentario fue enviado por Emelina Petit por vía WhatsApp:
ResponderBorrar“Gracias mi hermanita, por escribir este episodio. Son muchas las anécdotas y los momentos compartidos con mi prima querida, mi curruña de mi infancia.
La quise y la quiero mucho, y siempre estará en mi corazón y en mis recuerdos.
Fue una persona muy especial para todos y principalmente para mí, siempre amorosa.
Ahora está en el Lugar Santo Junto con Nuestro Señor.
Este es sólo uno de los muchos momentos vividos a su lado. Nunca se me olvidarán.
Gracias mi Rebecurria. Te quiero mucho.”
El siguiente comentario fue enviado por Marisol Díaz por vía WhatsApp:
ResponderBorrar“Qué lindo recuerdo, mucha tristeza por Tota.”
El siguiente comentario fue enviado por Teresa Galué Petit por vía WhatsApp:
ResponderBorrar"Hermoso relato Tía Ingrid. Me parece verlos correr a todos en ese largo patio. Recuerdo cuando Tota llegaba a casa de Mamalicia , la gran alegría que nos causaba a todos. Comparto el sentir de la mayoría de que fue la prima preferida. Doy gracias a dios que mis hijos alcanzaron a disfrutar de su amor.
He escuchado decir que solo muere quien es olvidado!! Pues entoces Nuestra querida Tota será Inmortal Ya que vivirá por siempre en los corazones de todos nosotros!!!!
Qué bonito ver cómo a partir de la anécdota que refiere Tía Ingrid, se expresan tantos recordando a Carlota. No es para menos, porque esa hermosa prima de mi mamá, también mi prima, era afectuosa, sencillísima, familiar, educada, y fuerte como ella sola. Era un gran gusto conversar con ella.
ResponderBorrarEsa entrañable familia Gonzáles y Meleán Villalobos es un mar de amor, que fue regado por los ríos principales de Sarita y Atilio. Por eso es que está llena de personas tan hermosas y queridas que siguen en unión familiar con nosotros.
Que Dios los bendiga a todos.
Y ojalá no dejen de contar buenas historias familiares en este blog, que muchos disfrutamos.
Carlota, estás en nuestros corazones.
Gracias por tus palabras tan hermosas que dejan asomar la gran afinidad familiar que fomentaron los hermanos Villalobos Hernández en nosotros sus hijos y que ustedes nuestros hijos han continuado reflejando. Carlota Marina, nuestra muy querida Totica, seguirá anclada en nuestros corazones y en nuestros más sutiles recuerdos familiares. ¡Dios te bendiga!
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