Vida y Cielo
Mientras somos entes activos sobre la faz de La Tierra
todos tenemos una vida que habita en nuestro cuerpo y un cielo que nos cubre
desde la profundidad de la atmósfera. Hablando de una forma convencional se
puede decir que ambas cosas nos las dio La Naturaleza. Ambos, la vida y el
cielo se apagan para cada uno cuando dejamos de ser.
“Mi Vida” y “Mi Cielo”, son dos términos que se usan
metafóricamente para referirnos a un ser amado, tal vez porque cuando nos
invade ese sentimiento por otra persona creemos que nos va a durar mientras
nuestro corazón lata, mientras veamos ese cielo que nos arropa cada día.
Paradójicamente, para muchos Mi Vida y Mi Cielo se terminan cuando aún tenemos que
seguir sobre la faz de la Tierra.
Mi Vida y Mi Cielo
Mila y Eduardo se conocieron por motivos de trabajo; ella
era recepcionista en una empresa y él era un cliente. Desde el primer día que
hubo un intercambio de miradas y las subsiguientes sonrisas, sus vidas y sus
cielos se enlazaron sutilmente.
Mila era hermosa, su juventud engalanaba la frescura y
espontaneidad de su personalidad jovial y alegre; eso capturó a Eduardo. Mila
fue cautiva de la caballerosidad y sutileza de los modales de Eduardo; a sus
ojos no había hombre más apuesto.
Eduardo tenía entonces motivos de sobra para seguir
visitando las instalaciones de aquella empresa y a Mila le sobraban razones
para llenar a aquel cliente con una atención esmerada.
A corto plazo se hicieron novios y cada uno sintió que
había encontrado su Mi Vida y su Mi Cielo. Un Mi Vida llena de sutilezas,
placeres y encantos y un Mi Cielo azul celeste que no lo perturbaban las
tormentas ni lo oscurecían las nubes.
Mi Cielo, quien estaba totalmente embebido en Mi Vida, tuvo
que contarle una trascendental verdad, una verdad que le juró no manchaba la
pureza de sus sentimientos; estaba casado, pero que ella era la única y
verdadera razón de su amor. El corazón de Mila fue sacudido; ella sintió que no
dejaba de amarlo a pesar de que entendía que sus planes futuros se
resquebrajaban. Su moral no le permitiría ser una simple amante porque no le
pediría nunca que rompiera su familia, que se separara de sus hijos.
Eduardo fue trasladado a otra ciudad en su trabajo. Sin
haberse despedido, ese cliente tan especial en los sentimientos de Mila dejó de
visitar la empresa.
Mila siempre fue una joven con los pies muy bien puestos
sobre la tierra; el haberse criado sin la presencia de un padre le había hecho
entender que uno tiene que saber sobrevivir a la carencia de un amor.
Aunque se sentía totalmente poseída por aquel amor y
pensaba que nunca lo olvidaría, entendía que tenía que aprender a amar a otro
ser que complementara su vida como Eduardo no lo había podido hacer.
Mila conoció a otro joven del que se sintió una vez más
enamorada, aunque no sintió que se convertía en su Mi Cielo porque ya su
corazón tenía un Mi Cielo oculto. Este joven la llevó al altar y se convirtió
en el padre de sus tres hijos.
Eduardo se convirtió en un empresario y continuó su vida
familiar hasta que enviudó.
La armonía de la vida de Mila con su esposo fue corta; su
esposo no era ni cortés, ni caballeroso. El fin de aquella relación era
inminente, a menos que Mila aceptara ser una mujer pisoteada por el resto de su
existencia.
En su mente, Mila deseaba saber de Eduardo, añoraba poder
conversar con él y escuchar su voz de apoyo y de consuelo. Sabía que con sólo
mirarle a los ojos y ver su sonrisa sus penas sentirían alivio.
Los medios de comunicación fueron la vía por la que se
pusieron en contacto y cada uno conoció el continuar de sus vidas después que
dejaron de verse; sintieron entonces que no habían dejado de ser el Mi Cielo y
Mi Vida el uno del otro.
Se dio un reencuentro físico, ambos estaban sedientos de
compañía y de mucho amor. Los recuerdos se avivaron y despertaron las pasiones
que se anidaban en sus corazones y que en sus años de juventud no llegaron a
despuntar. Los dos sintieron que se habían encontrado de nuevo para recorrer el
resto del camino juntos; que les había llegado el momento de amarse con una
entrega total, sin ningún recelo.
Los dos vieron en cada uno una belleza no marchitada, el
privilegio del amor los hacía seguir viendo envueltos en una cúpula de beldad
eterna. Ambos con hijos ya adultos, decidieron que podían compartir la vida
para mimarse y cuidarse mutuamente.
La vida juntos se convirtió en un verdadero paraíso de
amor y atenciones, una convivencia llena de Mi Cielo y Mi Vida que les nacía
desde lo más profundo de sus entrañas. Se hicieron carne en la mente el uno del
otro.
Un día Mila fue a visitar a un familiar y cuando regresó
a su nido de amor encontró que Eduardo y sus enseres personales no estaban. Lo
que más dolía era una partida sin palabras, era un acto de cobardía que no encajaba
en su respetuosa personalidad.
Mila se sintió burlada, ni los abusos de su exesposo
dolían tanto como la huida de su Mi Cielo.
Al cabo de un corto tiempo, Eduardo se comunicó con Mila
por las redes sociales, la misma vía por la que una vez se reencontraron; le
dijo que la amaba y la amaría por siempre, que no le podía explicar las razones
por las que se había alejado, que no le guardara rencor y que si su corazón se
lo permitía lo siguiese amando como lo había amado desde que fueron jóvenes.
Que mientras tenga vida y vea el cielo, él la seguirá amando. Al leer este
mensaje Mila lloró mucho, miró al cielo y le dio gracias a Dios por seguir
teniendo vida.
El comentario siguiente fue enviado vía WhatsApp por Zaida Petit:
ResponderBorrar“Una historia muy hermosa y conmovedora. Cuando Dios tiene destinadas dos vidas, pase lo que pase siempre se unen. En parte me identifico con Mila.”
Bonita y triste historia de amor
ResponderBorrarEl amor siempre muestra sus dos caras. Un abrazo fuerte.
BorrarGuau tremenda historia de amor y muy lamentable su final, aunque se amaban se tuvieron que separar.
ResponderBorrarAsí es mi querida Yuly, cuando amamos tenemos que estar preparados para cualquier desenlace. Dios te bendiga.
BorrarEl comentario siguiente fue enviado vía WhatsApp por Zulima Pedreañez:
ResponderBorrar“Linda la historia, pero me gustaría el final feliz de ellos juntos, tiene mucho de una historia real que conozco. Te quiero muchísimo.”
El comentario siguiente fue enviado vía WhatsApp por Mirla Petit:
ResponderBorrar“Muy bonita pero triste su final. Muy real.”
ResponderBorrarEl comentario siguiente fue enviado vía Facebook por Migdalis León:
“Falta la parte 2 donde Mila averigua qué pasó.”
El comentario siguiente fue enviado vía Facebook por Ida Celina Ortiz:
ResponderBorrar“Hermosa la historia, en parte me identifico con Mila. A veces sólo consuela llorar. Bendiciones.”