Los Almanaques de Alicia de Jesús
¡Cuántos recuerdos de mi madre alberga mi mente! Muchos
son los recuerdos de las anécdotas de su infancia y de su juventud, de su vida
a nuestro lado como nuestra madre, de su personalidad, de su dulzura, de su tenacidad,
de su severidad y de sus costumbres. Recuerdos que no son los mismos en cada
uno de sus hijos, nosotros los Petit Villalobos, ni en cada uno de sus nietos. Cada
uno percibió una perspectiva diferente de lo que fue Alicia de Jesús Villalobos
Hernández.
Alicia de Jesús fue una mujer que atesoró cada pequeña
cosa material que llegó a formar su entorno, para ella no hubo nada
insignificante.
Yo fui una de sus hijas quien, tal vez, más dificultades
tuvo para comprenderla, más no así la que menos la admiró. Mi admiración hacia
mi madre crece día a día, en la medida que escudriño en los andares de su vida
aprendo más de ella, aunque ya no está con nosotros. No todos tenemos a la
misma Alicia de Jesús en nuestros recuerdos y en nuestros corazones; hablar de ella
con cada uno de esos 13 vástagos y sus 44 nietos es como abrir una página nueva
del libro de su biografía.
Alicia de Jesús manejó con su esposo, Audoeno, un
presupuesto familiar siempre muy limitado; no había cabida para comprar cosas
extras como adornos para la casa. Las paredes de las casas en las que llegó a
vivir la familia Petit Villalobos siempre estuvieron decoradas por cuadros muy
modestos; eran casi todos, imágenes que habían sido páginas de algún almanaque
cuyo año ya había culminado. Recuerdo al Sr. Ovidio Quintero, un señor mayor,
quien era dueño de la marquetería “La Estrella” por allá por los años 1965 a
1970, a quien Mamá le encomendaba el enmarcado de las hojas de sus almanaques.
En el año 2007, una de mis sobrinas, Alicia Mercedes Viloria Petit, me regaló un almanaque que compró en un viaje que hizo a Francia. Conocedora ella de mi admiración por el pintor holandés Vincent van Gogh, no podía pasar por este país sin traerme algo alegórico a sus muy famosas pinturas. El almanaque consta de 12 de sus pinturas más afamadas.
Almanaque del 2007
Si Alicia de Jesús hubiese podido tomar el control de mis
acciones al finalizar ese año, hubiese enmarcado cada una de ellas. Yo, como
buena heredera de los sentires de mi madre, atesoro todo aquello que para mí
tenga un significado muy especial; desde el año 2008 ese almanaque francés
formó parte de mis tesoros materiales.
Entre el año 2007 y el 2017 calculo haberme mudado trece
veces. Entre mudanza y mudanza siempre se dejan cosas atrás, otras se pierden. Mi
almanaque del 2007 con las pinturas de Vincent van Gogh no fue sujeto de
pérdida ni de abandono. Cuando completé mi última mudanza en el 2017, mi
almanaque se mudó conmigo.
En los últimos días de ese año, una de mis vecinas me
trajo un almanaque del 2018 con ilustraciones de pasajes muy bellos; mi madre
me vino a la mente y pensé que a ella le hubiese gustado mucho verlo. No pude
evitar decirle a mi vecina que mi madre hacía cuadros con los paisajes de los
almanaques, “Yo tengo guardado un almanaque del año 2007.” Le dije y
seguidamente me dispuse a buscarlo.
Cuál no sería mi sorpresa al detallar que, ese calendario
y el que me había traído mi vecina eran exactamente iguales en cuanto a los
días de la semana se refería. Sentí una emoción muy especial y decidí no
volverlo a guardar; lo coloqué en la pared de mi cuarto.
Aquella coincidencia me encendió una inquietud.
Honestamente nunca había dedicado tiempo para pensar cada cuánto tiempo los
calendarios son una réplica uno del otro.
Comencé a estudiar la repetición exacta de los
calendarios partiendo del periodo de 11 años entre el 2007 y 2018. Como
resultado de mi investigación encontré un patrón repetitivo que va así;
empecemos por el siglo XX hasta el final del siglo XXI: 1900, 1906, 1917, 1923,
1934, 1945, 1951, 1962, 1973, 1979, 1990, 2001, 2007, 2018, 2029, 2035, 2046,
2057, 2063, 2074, 2085, 2091. Todos estos años empiezan en un lunes y terminan
en un lunes.
La razón aritmética de esta progresión, comenzando con el 1900, va + 6, + 11, + 6, + 11, + 11,
+
6, + 11, + 11, + 6, + 11, + 11, + 6, + 11, + 11, + 6, + 11, + 11, + 6, + 11, + 11,
+ 6
El patrón repetitivo
solamente varía de 1917 a 1923 cuando debería ser + 11.
No podemos olvidar que cada cuatro años tenemos un año
bisiesto, este “día extra” marca un factor determinante en nuestra progresión.
Los años bisiestos del siglo XX y el siglo XXI son: 1904, 1908, 1912, 1916, 1920, 1924,
1928, 1932, 1936, 1940, 1944, 1948, 1952, 1956, 1960, 1964, 1968, 1972, 1976,
1980, 1984, 1988, 1992, 1996, 2000, 2004, 2008, 2012, 2016, 2020, 2024, 2028,
2032, 2036, 2040, 2044, 2048, 2052, 2056, 2060, 2064, 2068, 2072, 2076, 2080,
2084, 2088, 2092, 2096.
Este día extra del año
bisiesto es lo que causa este desfase o variación que rompe el patrón de
repetición.
Dentro de mi
investigación salió a relucir el tema del calendario gregoriano y es en el uso
de este calendario en el que se pueden encontrar todas las explicaciones.
Calendario gregoriano - Wikipedia, la enciclopedia
libre
“El calendario
gregoriano es el calendario utilizado en la mayor parte del mundo. Fue
introducido en octubre de 1582 por el Papa Gregorio XIII como una modificación
menor del calendario juliano, reduciendo el año promedio de 365,25 días a 365,2425
días, y ajustando el desfase en el año 'tropical' o 'solar' que la inexactitud
había causado durante los siglos intermedios.
El calendario gregoriano
ajusta este desfase cambiando la regla general del bisiesto cada cuatro años, y
hace que se exceptúen los años múltiplos de 100, excepción que a su vez tenía
otra excepción, la de los años múltiplos de 400, que sí eran bisiestos. La
nueva norma de los años bisiestos se formuló del siguiente modo: la duración
básica del año es de 365 días; pero serán bisiestos (es decir tendrán 366 días)
aquellos años divisibles por 4, exceptuando los múltiplos de 100 (1700, 1800,
1900..., que no serán bisiestos), de los que se exceptúan a su vez aquellos que
también sean divisibles por 400 (1600, 2000, 2400..., que serán bisiestos).”
Espero que mis lectores
no piensen que mi escrito se ha hecho muy complicado, aunque pienso que para
todos aquellos que les fascinen los rompecabezas y los laberintos deben haber
encontrado algo fascinante, si es que ya no sabían de él.
Ahora tengo en cuenta
que mi almanaque francés me servirá otra vez en el 2029, en el 2035 (tendría
para ese entonces 80 años), y especulo que, dada la longevidad que ha
caracterizado a un gran número de descendientes de los Villalobos, podría aún
usarlo en el 2046.
Después de haberme
nutrido del origen del calendario que rige nuestro diario acontecer, seguí
pensando en aquella costumbre que tenía mi madre de enmarcar las imágenes
bonitas de sus almanaques; Conociendo lo prolija y ahorradora que fue mi madre,
Alicia de Jesús, me atrevo a decir que si ella hubiese tenido conocimiento de
que los calendarios se repetían, sólo hubiese enmarcado las imágenes de los
almanaques de los años bisiestos.
Alicia de Jesús nació en
1923, se casó con Audoeno en 1940 y falleció en 2016.
Tomando como punto de
partida en la vida de Alicia de Jesús el año 1941, cuando ya era ama de casa y tenía
una familia, un hogar que atender y una casa para decorar:
1941 comenzó en
miércoles y terminó en miércoles
1942 comenzó en jueves y
terminó en jueves.
1943 comenzó en viernes
y terminó en viernes
1944 fue un año
bisiesto.
1945 comenzó en lunes y
terminó en lunes.
1946 comenzó en martes y
terminó en martes.
1948 fue un año
bisiesto.
1949 comenzó en sábado y
terminó en sábado.
1950 comenzó en domingo
y terminó en domingo.
En 1951 Alicia de Jesús
hubiese colgado en una de las paredes de su casa el calendario que había usado
en 1945 y así sucesivamente. Con siete almanaques (sin incluir los años
bisiestos), mi madre hubiese representado los 76 años de vida de madre y ama de
casa que, gloriosamente Nuestro Señor le concedió.
Mi madre, o no se
hubiese preocupado más por obtener calendarios nuevos o hubiese escogido entre
el vigente y el antiguo: cuál poner en su pared como almanaque y cuál se iría a
la marquetería para ser convertido en cuadros.
Si, el haber aprendido y
deducido todo esto como consecuencia de haber reparado en que mi almanaque francés
del 2007 podía usarlo para cada día del 2018, más fascinante ha sido buscar
entre la inmensa cantidad de fotos familiares para conseguir alguna imagen de
algunos de aquellos almanaques que llegó a enmarcar mi mamá.
Encontré una imagen, se removieron los recuerdos de mis hermanos y de mis sobrinos.
Familia Viloria Petit, 1974
Tengo que hacer la mención muy especial de mi sobrino, Ángel Luis Viloria Petit, quien con su motor de investigador profesional y con la ayuda de amigos muy cultivados, logró conseguir copias impresas del almanaque al cual casi con toda seguridad perteneció la imagen que se ve enmarcada en la foto familiar.
Foto de Pedro Bermúdez
(1964) contemplando una colección de mariposas, propiedad de Paco y Conchita Romero;
se puede apreciar las imágenes del almanaque en cuestión que habían sido
pegadas en una vitrina.
Imagen que fue enmarcada y
se puede apreciar en la foto familiar que data de 1974
Mis extensivas gracias a sus amigos Sergio Antillano Armas, Conchita Romero y Paco Romero (Coleccionistas de mariposas); estos últimos hicieron llegar, a mi sobrino, copias de las imágenes de las mariposas.
Toda información
obtenida apunta a decir, aunque no hay conclusiones definitivas, que fue un
almanaque producido por la empresa J. Walter Thompson, Empresa de Publicidad y
Relaciones Públicas para la compañía Shell, en los tempranos años de 1960. Por la
firma en cada una de las imágenes, son obras del pintor Tomas Pérez Avilán
(1925-1961).
Como diría mi sobrino
erudito Juan Carlos Viloria Petit, “De esta tela, esperad otros retazos.”
El comentario siguiente fue enviado vía WhatsApp por Zaida Petit:
ResponderBorrar“Muy bueno ese recuento, aunque me gustan los rompecabezas y los laberintos me perdí un poco allí…lo que si me fijé fue que Papá y Mamá fallecieron en anos bisiestos.”
Extraordinario ensayo lleno de misterios de la matemática astronómica. Porque al final los números, los ciclos que coinciden, reflejan los ciclos de los astros, y en especial de nuestra tierra. Lo que pasa es que la vuelta al sol dura un poquitico más que 365 días y ese sobradito hay que agruparlos cada cierto tiempo para añadirlo como 29 de febrero. Ley que el calendario maya era más preciso que el gregoriano nuestro. Esta lectura me transportó a mis momentos infantiles meciendome en una hamaca viendo los cuadros de mariposas de malicia en las paredes, yendo y viniendo, en las noches de aquellos años setenta, cuando vivía en La Paz y nos íbamos a la escuela bajo el sol inclemente, después del mediodía, con tía Magda y tío Ruben. Me dormía mirando esos cuadros
ResponderBorrarTu comentario es una combinación de conocimientos, de recuerdos y de sentimientos. Tu apoyo para complementar mi ensayo incrementó grandemente mi inspiración y le dio matices especiales. Gracias de nuevo por esas imágenes suministradas por tus amigos, simplemente de valor incalculable. ¡Eres un motor de investigación volcánico! ¡Orgullo para toda la familia!¡Dios te bendiga!
BorrarCierro lo ojos y veo todas las paredes de nuestra casa decoradas por esos cuadros. Tu relato e investigación es bastante complicado y refleja tu curiosidad extrema. Estuvo bueno
ResponderBorrarPara aquel que no tenga una mente numérica, la verdad es que mi escrito debe resultar complicado; lo bueno y fácil es saber que aquellas personas que aún usan almanaques en sus paredes pueden reusarlos cada 11 o 6 años. ¡Un abrazo mi hermanita bella! ¡Te quiero GANDOTE!
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ResponderBorrarEl comentario siguiente fue enviado vía WhatsApp por Emelina Petit:
“Leí la historia dos veces y me admiro de tu descubrimiento. Cuando se escudriña y se estudia con atención, cuidado e inteligencia, se descubren muchas cosas reales y buenas. Yo siempre me he puesto a comparar los meses de cada ano y algunos tienen los días exactos. No analicé bien tu investigación , pero la entendí perfectamente. Muy buena la historia, me trajo muchos recuerdos bonitos.”
El comentario siguiente fue enviado vía WhatsApp por Mirla Petit:
ResponderBorrar“Excelente historia. Estoy muy sorprendida por lo de los almanaques. Me llena de emoción, mejor no te pudo quedar.”
Admiro tu retentiva y gran memoria de la historia de tu familia. Bonitos recuerdos .
ResponderBorrarGracias, tus palabras me halagan. Muchas bendiciones!
BorrarYo admiro esa dedicación de investigar el tema del calendario, yo había leído sobre los almanaque gregoriano y como dice tu sobrino el maya es el mas exacto, pero no la había prestado atención, y tu investigación me dejo sin palabras, aprendí algo nuevo y con base, por tremenda investigación. Los cuadros en tu casa siempre los vi pero no me imaginaba eso. Estaba muy pequeña pero me encantaban ver los cuadros. Gracias mi tía hermosa leyendo tus historias siempre aprendo algo nuevo. Te quiero
ResponderBorrar¡Esa es la idea al leer o al escribir, siempre aprender algo nuevo! Así que juntas: tú, yo y mis historias seguimos adelante…
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