Una Lucia de Cristal Trataré una vez más de convertir un recuerdo en cuento. Mi madre nos contaba mucho de su niñez y de su adolescencia; sus anécdotas eran muy elocuentes y muchas de ellas se quedaron en mi mente como recuerdos que parecen que yo viví también, aunque su entorno geográfico y cronológico data de uno muy diferente al mío. Muchos de estos recuerdos se hacen más vivaces cuando puedo conversar de ellos con mis hermanos, cada uno recuerda un detalle que a otros de nosotros tal vez se nos fugó de la mente. Es muy regocijante convertirlos en cuentos y que todos después podamos compartir su lectura. Mi cuento de hoy versa sobre una lucia. A decir verdad, yo creo que nunca he visto una lucia en mi vida, ni le he escuchado decir a nadie que ha llegado a ver uno de estos reptiles. Puede ser que, sin detallarla mucho, la lucia pueda ser confundida con una lagartija común, pero quien de verdad sabe cómo es una lucia, pues las distingue rápidamente. A continuación, he copiado
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Mostrando las entradas de diciembre, 2021
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Las Pailas del Infierno Año 1963, cursaba yo primer grado. Esta era la segunda vez que sucedía un hecho de esta naturaleza; una mano mal intencionada se había atrevido a cometer un hecho desleal que me comprometía. La primera vez, alguien puso en el compartimiento de mi pupitre la bolsita de papel con el almuerzo que llevaba Enrique. Cuando Enrique se soltó a llorar desconsoladamente porque su comida había desaparecido, la Señorita Maggie con toda la autoridad que le asistía dijo: “Nadie se puede mover de su pupitre, pues voy a revisar todo el salón.” Yo no sentí ningún temor de que la Señorita Maggie recurriera a tal procedimiento, porque yo no tenía nada que ver con la desaparición de la bolsita de comida de Enrique. Para mi bochornosa sorpresa, mi maestra encontró aquel objeto en cuestión, cuando revisó mi pupitre. Quien lloraba ahora era yo, y los ojos, acusadores y algunos burlones, de todos mis compañeritos de clase se posaban en mí como cuchillos punzantes. “¡Yo no me robé l
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Mr. Buck Hay muchísimos pensamientos que tratan de poner en palabras lo que es nuestra luz interna; si pudiese hacer referencia a todos, escribiría un escrito extremadamente extenso, porque hablar de nuestra luz interna es un tema del poeta, del ensayista, del literato, del espiritualista, del teólogo, del romántico; en fin, de todo aquel ente que piense en esa luz que resplandece dentro de cada uno de nosotros. Hace ocho años más o menos, una muy querida amiga, Aura Elena Omaña, me regaló un pequeño libro de pensamientos. Aparte de haber sido un gesto muy lindo, esa recopilación de pensamientos me hicieron recordar mucho a mi papá, al leerlos tuve la sensación de que muchos de esos pensamientos habían sido la base de su filosofía de vivir. Uno de ellos tuvo un significado aún más especial, no puedo reconstruir sus palabras textuales, lo que sí me quedó grabado fue lo que a mí me transmitió al leerlo pues me hizo recordar una vivencia de cuando tenía 23 años. “No importa en