La Magia de un Secreto
Hubo una vez un rebaño de ovejas que vivían en un lugar
muy remoto en lo alto de una montaña. Eran las ovejas salvajes más blancas que
se criaban en la Tierra, y también eran las ovejas con la lana más gruesa y espesa.
Sus ancestros les habían enseñado que, si querían seguir viviendo libres,
debían susurrar en lugar de pronunciar su balido normal. De generación en
generación, habían vivido aisladas en una cordillera de montañas muy remota, con
hermosas praderas, donde podían pastar sin ser vistas ni escuchadas por los granjeros.
Entre este rebaño de ovejas, había una que era Extra Especial,
llamada Aries. ¿Qué la hacía "Extra Especial"? Ella guardaba un
secreto. Aries se llevaba muy bien con sus compañeras, pero nadie sabía que
guardaba un secreto muy preciado, un secreto que nunca revelaría a nadie. Aries
era extremadamente delgada; su pesada blanca y extra gruesa lana ocultaba su extremadamente
delgado cuerpo. Siempre se había preguntado la razón de ser tan delgada; se
alimentaba muy bien con el abundante pasto, alfalfa y trébol que crecía
alrededor de su montaña.
Un día, cuando Aries estaba paseando sola cerca de la cima
de su montaña, hubo una ráfaga de viento muy fuerte que la levantó en el aire;
Aries flotó muy alto como un copito de algodón. Al principio se asustó, pero
ver el maravilloso paisaje desde arriba fue una sensación indescriptiblemente
impresionante. Cuando flotaba, pudo ver más prados en una montaña vecina que
era mucho más alta; cuando la ráfaga de viento perdió fuerza, el aire la
devolvió con mucha suavidad al suelo. Nunca le contó a nadie de esta fabulosa
experiencia de haber flotado por el aire.
Unos días después, el rebaño estaba pastando felizmente
cuando, de repente, escucharon fuertes pisadas en los alrededores, las pisadas
se acercaban cada vez más; luego escucharon unos ladridos intimidantes.
Comenzaron a susurrar las unas a las otras, "¿Qué está pasando?".
Antes de que alguien pudiera dar una respuesta, se dieron cuenta de que habían
sido emboscadas por granjeros que montaban a caballo y que iban acompañados de
perros pastores. Tenían que correr por sus vidas, pero no podían correr hacia
su montaña, ese camino estaba bloqueado por los granjeros y sus perros; sólo
podían alejarse de la montaña. Las estaban forzando a escapar hacia un lugar
que los granjeros habían preparado para atraparlas.
En poco tiempo, se encontraron rodeadas por una cerca que
tenía un portón cuyo cerrojo fue trabado. Tristemente susurraron y susurraron:
“¡Oh, Dios nos han acorralado! ¡Este es el final de nuestra libertad!” Nunca se
habían sentido tan desoladas. Aries estaba tan abrumada como sus compañeras por
el destino que enfrentaban.
Con calma se dirigió a la cerca; estaba hecha de una
secuencia de barras verticales. Tuvo una idea que podría permitirle liberarlas.
Le susurró a la oveja que estaba a su
lado, “Escucha con atención, tienes que susurrarles a tus vecinas lo que yo te
voy a decir, y cada una se lo debe decir a sus compañeras, hasta que todas
entiendan mi plan de escape. Yo hago actos de magia. Cuando anochezca, me voy a
adelgazar como una aguja y voy a pasar por entre dos tablas, una vez que salga,
soltaré el pestillo. Abriremos el portón
entre todas y saldremos del corral. Debemos permanecer extremadamente calladas
y caminar con un ritmo firme. Nos dirigiremos hacia nuestra montaña, la
cruzaremos y no pararemos hasta llegar a
la montaña vecina. Deben confiar en mí. Les prometo que recuperaremos nuestra
libertad.”
Todas se susurraron mutuamente las instrucciones de Aries;
si creían o no, realmente no importaba; la terrible verdad era que estaban
atrapadas. Tan pronto como el sol se escondió y los granjeros y sus perros se
fueron a descansar, Aries comenzó a ejecutar su plan de escape. Delante de los
ojos asombrados de sus compañeras, escurrió su cuerpo a través de los barrotes
de la cerca. Sin mayor dificultad, Aries se salió del corral. Se dirigió con
cautela hacia el portón; se paró sobre sus dos patas traseras y hábilmente se
las arregló para abrir el cerrojo con sus patas delanteras. Aries entonces
susurró, "Empujen el portón[SS1] , tengan mucho cuidado". Todas las ovejas
sincronizaron su fuerza y abrieron el portón de par en par. Aries continuó dirigiéndolas,
“Ahora, caminaremos, no correremos. Caminaremos con firmeza sin volver atrás.
Caminaremos todo el tiempo que necesitemos hasta llegar al otro lado de la montaña
". Nadie la contradecía, todas obedecían sus instrucciones. Caminaron y
caminaron sin susurrar un solo balido. No miraron atrás, no se miraron una a la
otra, sabían que su libertad dependía de caminar hacia adelante. Sus corazones
latían con valentía; cuando aparecieron los primeros rayos de sol, habían
llegado a la cima de la montaña y pudieron ver la montaña vecina. Susurraron
con lágrimas de profunda emoción: “¡Ya nos falta poco!
Se quedaron a vivir en ese lado remoto de esa cadena de montañas
donde sería extremadamente difícil para que los granjeros las encontraran. Aries aprendió
muchos trucos de magia para entretener al rebaño, pero nunca reveló su secreto
porque los secretos de la magia no se revelan. Aries y sus compañeras vivieron libres
y felices por siempre.
Bella historia. Gracias querida amiga.
ResponderBorrarGracias a ti por ser mi consecuente lectora!
BorrarEl comentario siguiente fue enviado vía Facebook por Marianela Fernández de González:
ResponderBorrar“Qué bonita historia.”
El comentario siguiente fue enviado vía WhatsApp por Zaida Petit:
ResponderBorrar“Muy bonita historia, y la magia del secreto quedó; lo más importante es que las ovejas se salvaron, gracias a esa magia. El cuento tuvo magia.”
El comentario siguiente fue enviado vía WhatsApp por Marisol Díaz:
ResponderBorrar“¡Qué lindo es!”
El comentario siguiente fue enviado vía WhatsApp por Mirla Petit:
ResponderBorrar“Muy linda historia. Esto nos lleva a meditar sobre la vida. Hay personas que no están conformes con su físico; unas porque son feas, otras por ser delgadas, etc. Tenemos que ser conformes como somos. Dios nos hace como Él quiere, con un propósito; y nos dice que no miremos lo físico, sino lo que somos por dentro.”
El comentario siguiente fue enviado vía Facebook por Yolanda Rodríguez Llach:
ResponderBorrar"Hermoso cuento, Dios te siga bendiciendo para que nos relates más cuentos. Felicitaciones."
El comentario siguiente fue enviado vía Facebook por Luis Alfredo Contreras:
ResponderBorrar"Hola Ingrid, disfrute tu grato cuento!"
El comentario siguiente fue enviado vía Facebook por María Eugenia Rodríguez Llach:
ResponderBorrar"Hermosa historia amiga. Me encantó como todos los demás. Un abrazo continúa escribiendo."
El comentario siguiente fue enviado vía Facebook por Nelly Josefina Zambrano;
ResponderBorrar"Hermosa y tierna historia. Saludos Ingrid."
ResponderBorrarEl comentario siguiente fue enviado vía WhatsApp por Emelina Petit:
“Bello cuento, hermanita. Nunca sabemos cómo y porqué somos cada uno diferente y a veces no queremos conformamos como somos, pero cuando descubrimos para qué servimos no queremos cambiar. Todos tenemos nuestra magia en cada ser. Dios nos creó a cada uno con su Don.”
Es cuento hermoso, me gusta mucho porque tiene un final muy feliz. Felicitaciones.
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Borrar“Gracias, mi querido talentoso sobrino. La magia de un cuento siempre se magnifica con un final muy feliz. Dios te bendiga.”
El comentario siguiente fue enviado vía Facebook por Ricardo Esteva Petit:
ResponderBorrar“Qué buena historia, Tía.”
Hermosa historia, siempre con un hermoso mensaje
ResponderBorrarYo...
Me encanta saber que siempre lees mis cuentos y que los disfrutas. ¡Un abrazo grandote!
BorrarEl comentario siguiente fue enviado vía Facebook por Migdalis León:
ResponderBorrar“Me encantó.”
Gracias por tus cuentos. Recuerdo mi etapa de niña.💖
ResponderBorrarLa escritura y su lectura tienen la magia de transportarnos en el tiempo. Gracias por tu seguimiento.
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