
Cilanciosa Hubo una vez una pequeña gatita llamada Cila. Desde que nació junto a un grupo de cinco hermanitos, su mamá notó que Cila no ronroneaba y la llevó al doctor. El doctor le dijo que Cila era totalmente normal. El doctor le explicó a mamá gata que no debería preocuparse porque Cila era una gatita demasiado apacible y que su ronroneo seguramente se manifestaría voluntariamente durante su crecimiento. Todos sus hermanitos se burlaban de ella, le ponían apodos muy feos. Le decían que tenía su batería descargada y su compartimiento de baterías no tenía puerta, por eso no le podían cambiar su batería; le decían que la maraca de su garganta estaba vacía. En lugar de llamarla Cila, la llamaban Cilanciosa. Cila sentía mucha vergüenza de ser diferente y se sentía muy triste por la burla que le hacían sus hermanos. Un día, Cila decidió irse muy lejos de todos, quería estar en un lugar solitario donde nadie supiera que su cuerpo no podía ronronear. Cuando todos dormían, Cila se fue de s