
Brisa de Luna Llena Érase una vez un murciélago llamado Pepe, que nació con una debilidad extrema en sus patas y debido a esta debilidad no se podía colgar a dormir como lo hacen todos los murciélagos. Pepe tenía que dormir acostado sobre su estómago o sobre su espalda. Los otros murciélagos comentaban que sufría los efectos de un conjuro malévolo y que sólo se libraría del conjuro invocando a La Justicia Divina. Pepe sufría su condición sin quejarse, pero cada vez que se guarecía en su cueva para dormir, le rogaba a La Justicia Divina que le revelara el secreto de cómo curarse. Un día, Pepe tuvo un sueño revelador en el que La Justicia Divina le había hablado pero cuando despertó no pudo reconstruir el sueño en su mente; solo recordaba la frase “Brisa de Luna Llena”. Desde ese día, se aferró más al ferviente deseo que La Justicia Divina le volviera hablar en su sueño para entender bien lo que aquella frase significaba, para poder romper ese terrible conjuro. Pasaban