Un conejito y un pastel de manzana
Érase una vez un conejito llamado Víctor; Víctor vivía en
un bosque hermoso llamado Springfield. Vivía allí con su mamá Sandy y su papá
JD; tenía un hermano mayor llamado Bryce, que vivía en otro hermoso bosque
llamado West Virginia.
A Víctor le gustaban mucho las zanahorias; de hecho, le
gustaban tanto que sólo quería comer zanahorias. Su mamá y su papá sabían que
Víctor necesitaba comer todo tipo de vegetales para convertirse en un conejo
sano y fuerte. Mamá y Papá siempre trataban de convencer a Víctor para que
probara otros alimentos, pero él se negaba todo el tiempo. Víctor era un
conejito muy testarudo.
Acababan de regresar de un viaje a West Virginia, donde
vivían la abuela Joan y el abuelo Curly. Habían pasado el día de Navidad con
ellos; La abuela y el abuelo le habían regalado a Víctor el regalo de Navidad
más maravilloso: un jeep azul. Víctor estaba muy feliz con su jeep nuevo y
también porque su hermano Bryce y sus primos Audo y Nikki habían venido a pasar ese doce de enero
con él para celebrar su tercer cumpleaños.
El día antes de su cumpleaños su mamá le dijo: “Víctor,
mañana te voy a hacer un postre. ¿Deseas algo en especial?” A Víctor le encantaban los
postres, pero debían tener sabor a zanahoria.
“Sí, mamá, me encantaría comer un pastel de zanahoria”.
Sandy se sintió un poco decepcionada, esperaba que Víctor le pidiera otro vegetal
que no fuese zanahoria.
Cuando Víctor se hubo acostado, Sandy le dijo a su
esposo: “¿Qué vamos a hacer con Víctor? Mañana cumple tres años y sólo quiere
comer las zanahorias. Eso no es normal; tenemos que encontrar la forma de que
coma otras verduras; de lo contrario, no obtendrá todas las vitaminas que
necesita para crecer fuerte y saludable. “No te preocupes cariño, encontraremos
alguna forma de que Víctor coma otras verduras, estoy seguro de que le gustarán.”
Dijo JD, sin estar realmente convencido
de que Víctor alguna vez disfrutaría otros sabores.
Audo y Bryce estaban jugando a las cartas en la sala y
escucharon su conversación. Audo fue a la cocina y le dijo a su tía Sandy:
“¡Víctor está tan acostumbrado a comer sólo comida color naranja que apuesto a
que comería cualquier cosa con ese color aunque no esté hecha con zanahorias!”
"¿Qué quieres decir?" Preguntó la tía Sandy. “Digamos
que pintas una manzana de color naranja, pero no le dices nada. ¡Apuesto a que se la
comerá!” Audo le explicó a su tía.
Mamá y Papá pensaron que sería una buena idea que podían
intentar para hacer que Víctor comiera algo más que zanahorias.
A la mañana siguiente, JD fue al mercado y compró las
manzanas más frescas y un poco de colorante naranja para alimentos. Sandy peló
las manzanas y las cortó en pedazos pequeños, los tiñó color naranja e hizo un
delicioso pastel de manzana.
Víctor había ido a jugar con Nikki con su jeep al bosque.
Nikki regresó a la casa para buscar una de sus muñecas, vio que la tía Sandy colocaba un pastel en la base de la ventana para que se enfriara. Tenía mucha hambre y el olor del pastel recién horneado le hizo agua la boca. Corrió de regreso a donde estaba jugando Víctor. "¡Víctor, la tía Sandy acaba de hornear el pastel que prometió hacerte!" Víctor también tenía hambre, y sin dudarlo pedaleó en su jeep y condujo hasta su casa.
Ahí estaba, ¡Un pastel de zanahoria recién horneado como
le había pedido a su mamá! Se bajó de su jeep y agarró el pastel. También
agarró un tazón con un poco de relleno extra que mamá había dejado al lado del
pastel.
Nikki estaba esperando que regresara; esperaba que Víctor compartiera el pastel con ella. Víctor no podía esperar para comerse aquel pastel de zanahoria.
Víctor y Nikki se sentaron uno al lado del otro para
compartir el pastel.
Víctor había llegado con tanta prisa para llevarse su
pastel que no se dio cuenta de que Bryce estaba en la cocina y lo había visto
salir corriendo con el pastel. En seguida, le dijo a Sandy y a JD que Víctor se
había llevado el pastel con él.
JD, Sandy, Bryce y Audo fueron silenciosamente hasta
donde estaban Víctor y Nikki.
"Oh, este es el mejor pastel de zanahoria que he
comido." Dijo Víctor, parecía disfrutar mucho cada bocado de aquel pastel.
“Sí Víctor, es tan delicioso que yo diría que no está
hecho con zanahorias.” Dijo Nikki con la boca llena.
“¿Qué no está hecho con zanahorias? Eso no es posible;
¡Mamá sabe que no me gusta nada más que las zanahorias!” Dijo Víctor.
“¿No ves el color? ¡Definitivamente es un pastel de
zanahoria!” Víctor aseguró.
Se habían comido todo el pastel y todavía tenían hambre,
así que Víctor agarró el tazón con el relleno y comenzó a comerlo.
“Debo decir que estas zanahorias eran muy, muy frescas;
muy, muy dulces y muy, muy jugosas. Mi papá JD los compró para que mamá Sandy
pudiera hacer el pastel de zanahoria más delicioso para mi cumpleaños”. ¡Víctor
definitivamente estaba disfrutando ese delicioso pastel!
No sabían que estaban siendo observados.
"¿Te gustó el pastel, mi querido conejito?"
Papá JD preguntó.
Víctor saltó de la sorpresa y el tazón que tenía en sus
manos casi se le cayó. Miró a su papá y
pudo ver que su mamá, su hermano y su primo estaban con él.
“Papá, tenía mucha hambre y encontré el pastel de
zanahoria en la ventana. Mamá había dicho que lo haría especialmente para mí,
así que pensé que podía comerlo.” Víctor de repente se dio cuenta de que en
realidad no había pedido permiso para comerse el pastel. Se sintió muy
avergonzado por su comportamiento.
“Tu papá te preguntó si te había gustado el pastel.” Dijo
su mamá; quien no parecía estar molesta, sino curiosa.
Víctor la miró, al ver que no lucía enojada se sintió
aliviado.
“Sí mamá, me gustó mucho; estaba delicioso. Es el mejor
pastel de zanahoria que hayas hecho.”
“¡Te lo comiste todo con Nikki! ¿Cómo es que no guardaste
una porción para nosotros?” Bryce se quejó.
“Lo siento Bryce, me estaba muriendo del hambre. Estoy
seguro de que a Mamá le queda algo de relleno y horneará más pasteles de
zanahoria para que todos puedan comer”.
De repente todo el grupo estalló en una carcajada de
alegría. Papá JD alzó a Víctor y lo abrazó felizmente. Víctor no podía entender
su alegría. Mamá y Papá lo abrazaron y lo besaron.
“¡Querido Víctor, lo que acabas de comer es un pastel de
manzana.!” Vitoreó JD.
“Usé colorante anaranjado para hacer que las manzanas
parecieran zanahorias”. Sandy explicó.
"Entonces, ¿Acabo de comer un pastel de
manzana?" Víctor preguntó.
Todos sonrieron asintiendo con mucha felicidad.
"¡Me encantan las manzanas!” Víctor gritó con
extrema felicidad. Corrió y abrazó a su hermano Bryce, porque sabía que las
manzanas eran su fruta favorita.
A partir de ese día, Víctor comió todo tipo de verduras y
todas le gustaban. Creció hasta convertirse en un conejo muy fuerte y saludable.
El comentario siguiente fue enviado vía WhatsApp por Ricardo Esteva:
ResponderBorrar“¡Ajá, lo engañaron! Así le hice a Ricardito con el tetero. ¡Ja, ja, ja!
El comentario siguiente fue enviado vía WhatsApp por Zaida Petit:
ResponderBorrar“¡Qué buen engaño! Sirvió de mucho pues aprendió a comer variado, la idea de su primo resultó favorable.”
El comentario siguiente fue enviado vía WhatsApp por Magda Petit:
ResponderBorrar“Está muy buena tu ocurrencia, me imagino que Víctor estará feliz de sentirse el protagonista y de que su núcleo familiar sean los personajes de la historia, me pareció muy buena.”
El comentario siguiente fue enviado vía WhatsApp por Audo Eno Petit;
ResponderBorrar“La historia es muy bonita, muy infantil, muy alegre para los niños. Un cuento que debería estar escrito en un libro porque tiene cosas muy bonitas como el querer cambiarle al niño su idea que solo quería comer zanahorias; ni siquiera se sintió engañado sino que le dieron la oportunidad de probar otro tipo de alimento; le gusto y agradeció a sus papás. Esta muy bonita la historia.”
Jee je je. Este cuento en especial está muy simpático, y las fotos muy originales y bien distribuidas. Felicitaciones!
ResponderBorrarGracias por tu seguimiento y palabras de apoyo! Dios te bendiga!
Borrar